La Illeta ibérica

El poblado nació en el s. V a. C., pero a mediados del s. IV sufrió una importante transformación urbanística, quedando estructurado por dos calles longitudinales que recorrían la península, comunicadas mediante calles transversales.

Era un importante enclave comercial, distribuidor de mercancías provenientes de otros puntos del Mediterráneo, y centro productor de aceite, conservas de pescado y vino.

Este complejo se completaba con unos hornos cerámicos situados en la costa, dedicados a la fabricación de ánforas, envase ideal para el transporte marítimo.